29 de enero de 2007

Yo vengo a ofrecer mi corazón ( Fito Páez )

Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
Tanta sangre que se llevó el río,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

No será tan facil, ya sé que pasa.
No será tan simple como pensaba.
Como abrir el pecho y sacar el alma,
una cuchillada de amor.

Luna de los pobres, siempre abierta,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Como un documento inalterable,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Y uniré las puntas de un mismo lazo,
y me iré tranquilo, me iré despacio,
y te daré todo y me darás algo,
algo que me alivie un poco no más.

Cuando no haya nadie cerca o lejos,
yo vengo a ofrecer mi corazón.
Cuando los satélites no alcancen,
yo vengo a ofrecer mi corazón.

Hablo de países y de esperanza,
hablo por la vida, hablo por la nada,
hablo por cambiar esta, nuestra casa,
de cambiarla por cambiar no más.

Quién dijo que todo está perdido?
Yo vengo a ofrecer mi corazón.

---------

Yo vengo a ofrecer . . .

27 de enero de 2007

Something To Believe In ( Poison )

Will I see him on the tv
Preaching bout the promised land
He tells me to believe in Jesus
And steals the money from my hand

Some say he was a good man
But lord I think he sinned, yeah

Twenty-two years of mental tears
Cries a suicidal Vietnam vet
Who fought a losing war on a foreign shore
To find his country didn't want him back

Their bullets took his best friend in Saigon
Our lawyers took his wife and kids, no regrets
In a time I don't remember
In a war he cant forget

He cried forgive me for what Ive done there
Cause I never meant the things I did

Chorus:
And give me something to believe in
If theres a lord above
And give me something to believe in
Oh, lord arise

My best friend died a lonely man
In some palm springs hotel room
I got the call last Christmas eve
And they told me the news

I tried all night not to break down and cry
As the tears rolled down my face
I felt so cold and empty
Like a lost soul out of place

And the mirror, mirror on the wall
Sees my smile it fades again

Chorus

Sometimes I wish to God I didn't know now
The things I didn't know then
Road you gotta take me home

Solo

I drive by the homeless sleeping on a cold dark street
Like bodies in an open grave
Underneath the broken old neon sign
That used to read Jesus saves

A mile away live the rich folks
And I see how they're living it up
While the poor they eat from hand to mouth
The rich is drinking from a golden cup

And it just makes me wonder
Why so many lose, so few win

Chorus

You take the high road
And Ill take the low road

Sometimes I wish to God I didn't know now
The things I didn't know then

And give me something to believe in

7 de enero de 2007

A Un Perrito Que Me Mordió Antier

Yo no practico, ¡oh perro!, la venganza,
pero en esta ocasión, a mi manera,
de Aquiles vengador la hiriente lanza
para puyarte a ti blandir quisiera,
pues colgajos creyéndolos de panza
o acaso medallones de ternera
anteayer tus diabólicos colmillos
clavar osaste, ¡oh perro!, en mis fondillos.

No es el dolor, ¡oh perro!, ni es la ira
ni tampoco el rencor lo que me impele
a que hoy tuerza las cuerdas de mi lira
y cual látigo usándolas te pele,
pues tu mordisco fue, si bien se mira
un mordisco trivial que ni me duele;
pero me duelen, sí, mis pantalones,
y en su nombre te escribo estos renglones.

Jamás varón alguno, que yo sepa,
de todos los que inscribe mi linaje,
ni aún cuando jugaban palmo y pepa,
rodeados de famélicos perraje,
o enfrentaban, buscándose la arepa
perros de variadísimo pelaje,
jamás ninguno fue, vuelvo y repito,
atacado por perro ni perrito.

Tal nuestro orgullo fue y nuestra presea
en el deporte igual que en el trabajo;
mas llegas tú de pronto con la idea
de que solomo soy o bien tasajo,
y de un solo empellón, maldita sea,
toda una tradición echas abajo:
¡Gracias a ti y al diablo que te auxilia,
soy el primer mordido en la familia!

Yo consagré a los perros más de un canto,
yo en más de una ocasión, con voz canora,
le supliqué a San Roque, vuestro santo,
que os tendiera su mano protectora:
hoy os quiero también, pero no tanto,
pues si os tuve por buenos hasta ahora,
hoy os encuentro, ¡oh perros!, tan cretinos
que prefiero a los dóciles cochinos.

Contempla, pues, ¡oh perro!, lo que has hecho:
al hundir en mis glúteos tus colmillos
no sólo, como he dicho, me has deshecho
una vasta porción de los fondillos,
sino que a suponer me das derecho
que son todos los perros unos pillos...
¡Todo esto por morderme a mí, tan seco,
habiendo en este mundo tanto adeco!


Aquiles Nazoa

Dime

Dime (de Jorge Luis Borges)

Dime por favor donde estás,
en que rincón puedo no verte,
dónde puedo dormir sin recordarte
y dónde recordar sin que me duela.

Dime por favor dónde pueda caminar
sin ver tus huellas,
dónde puedo correr sin recordarte
y dónde descansar con mi tristeza.

Dime por favor cuál es el cielo
que no tiene el calor de tu mirada
y cuál es el sol que tiene luz tan sólo
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor cuál es el rincón
en el que no dejaste tu presencia.
Dime por favor cual es el hueco de mi almohada
que no tiene escondidos tus recuerdos.

Dime por favor cuál es la noche
en que no vendrás para velar mis sueños...
Que no puedo vivir porque te extraño
y no puedo morir porque te quiero.

6 de enero de 2007

Apuros De Un Atacón

Contando - ya voy por cien -
para quedarme dormido,
hambriento, solo, aburrido,
vengo de Cagua en tren.
Paramos junto al andén
de una pequeña estación,
y allí sube un hembrón
de tan espléndido empaque,
que, iniciado el plan de ataque,
le busco conversación.


No me tengo que esforzar
para “buscarle pelea”,
pues ella también desea,
por lo visto, conversar.
La coge, para empezar,
por el tema del calor,
y a falta de algo mejor
con que seguir adelante,
se pega a hablar de un cantante
que es de mi mismo color.


Tratando de contener
aquel torrente espantoso
que por estar de gracioso
yo mismo he puesto a correr,
le ofrezco: - ¿Quiere leer?
Y ella, alarmada: - ¡Que horror!
Si usted supiera, señor,
a mí, libro no me pasa...
Y eso que tengo en mi casa
“Los Tintanes del Amor”.


Y empieza el cuento sin fin
en torno a cierta historieta
que su hermanita Enriqueta
se está leyendo en “Pepín”.
para ponerse carmín
apaga un poco el motor;
pero con furia mayor
vuelve a la carga al instante
¡de nuevo con el cantante
que es de mi mismo color!


Ya tengo la sensación
de que, prendida en la oreja,
lo mismo que una cangreja
llevo a la dama en cuestión.
¡Oh lector, por compasión,
moviliza tu saber
y dime que debo hacer
contra su implacable charla!
Sin tener que asesinarla,
¿cómo callo a esta mujer?


Aquiles Nazoa

5 de enero de 2007

La Pasión Según San Cocho

Me voy de viaje por unos días, quizás sean 2, quizás sean más, sólo el destino lo sabe.. mientras regreso, les dejo esta obra de Aquiles, para seguir con el tema



La Pasión Según San Cocho O Ser Santo No Es Ser Mocho

Al levantarse el telón
se ve en escena una cena
donde cena una docena
de tercios en camisón.

Ante la mesa de cedro
cuya forma es de redoma
se pone de pie San Pedro
y alza una copa de goma.

San Pedro: Y ahora, con guarapita
voy a tener el honor
de pegarme esta copita
por el Reino del Señor

Jesús: Te doy las gracias, Perucho,
mas no te entusiasmes mucho.
Mi reino no es de este mundo
donde hay tanto vagamundo;
Sin darme tiempo a que reine
aquí ni en lugar alguno,
entre vosotros hay uno
que me está poniendo el peine.

Rojo San Juan de furor
y con el gaznate seco
dice con sordo rencor:
- Ese de que habla el Señor
tiene que ser un adeco.

Jesús: Y bien, aunque la velada
está tan encantadora,
me parece que ya es hora
de tocar la retirada.

La cena estuvo exquisita
y la charla muy amena.
Yo voy a bajar la cena
y a echar una rezadita.

Bendiciendo a los demás
sale Cristo en un burrito
y al coger su cachachás
se le va Judas atrás
haciéndose el motolito.

San Juan: Hoy Judas se ha comportado
como antes nunca lo hizo:
Para mi que ese carrizo
tiene su trompo enrollado.

Tras la escena que hemos visto
se pasa a un sitio remoto
donde Judas ya está listo
para negociar a Cristo
como si fuera un coroto

En acción cinco soplones
y Judas, un poco esquivo,
que ya ha firmado el recibo
y está contando marrones.

Judas: Ya sabéis lo convenido:
Yo al verlo le doy un beso
y vosotros lo hacéis preso
cuando escuchéis el chasquido.

Iscariote se retira
y la escena pasa ahora
a un lugar donde se mira
a un gentío que le tira
peñones a una señora.

Y Jesús entra en escena
cuando ya falta muy poco
para que a la Magdalena
le desportillen el coco.


Jesús: ¿Qué te asusta? ¿Qué te arreda?
¿Quién te persigue cual rata?
¿Quién te ha tirado esa piedra
que si te alcanza te mata?

Magdalena: Porque visto este sudario
(llorando) color de zamura clueca,
mi vecindario me impreca
diciéndome: ¡Adeca, adeca!
¡La adeca del vecindario!

Jesús: ¿Y por eso se te acosa
como a un animal inmundo?
Pues que raro, niña hermosa,
porque, bien vista la cosa.
adeco aquí es todo el mundo.

Del interior o del centro,
ricachos o güelefritos,
aquí hasta los muchachitos
llevan su adeco por dentro.

Y alzando hacia el pueblo el brazo
le lanza el siguiente leco:

- ¡Que el que no se sienta adeco
suelte el primer ladrillazo!

Todo el mundo se serena;
de armar la marimorena
ninguno tiene el valor,
y Cristo a la Magdalena
le susurra en la melena:

- ¿No te lo dije, mi amor?

Haciéndose el distraído
sale Judas Iscariote
y según lo convenido,
a Cristo que está abstraído
le da un beso en el bigote

Cristo observa con sorpresa
semejante atrocidad,
porque Judas cuando besa
es que besa de verdad.

Consumada esta acción vil,
la escena pasa, en dos platos,
a una especie de redil
donde están Poncio Pilatos
(un solemne pelagatos),
y Caifás que es un reptil.

Pilatos: ¿Cómo estamos hoy de presos?

Caifás: Ni muy flojos ni muy gruesos:
Fuera de mil en La Planta
y seis mil en la Modelo
y el número que ya espanta
de los enviados al cielo,
tenemos dos nada más:
Jesucristo y Barrabás

Caifás hacia afuera grita
con su voz más detonante:

- ¡Que traigan a Carne Frita
y al tercio de la chivita
que se hace el interesante!

Salen los dos prisioneros:
Barrabás, que casi en cueros
muestra su cuerpo retaco,
y Jesús al que le choca
que en vez del Credo en la boca
cargue un enorme tabaco.

Pilatos: ¿Cuál de ellos es Barrabás?

Caifás: El mediano, el gordiflón,
el que tiene el pantalón
abrochado para atrás.

Pilatos: ¿Cuál dices? ¿Aquél gordito
que está junto a la mampara?
¿Aquél que tiene la cara
como de loro chiquito?

Caifás: Tiene a monte a sus vecinos
robándoles el ganado:
solamente el mes pasado
cargó con treinta cochinos.

Y el otro es como un chiflado,
es una especie de cura
de quien la gente asegura
que multiplica el pescado.

Pilatos: ¿Y por qué lo han arrestado?

Caifás: Porque anoche ¡voto al cuerno!,
fue por la calle encontrado
falsificando el pescado
y hablando mal del gobierno.

Pilatos: Los dos debieran panquear,
pero no se va a poder...
Tendremos que resolver
por votación popular.

Caifás: Excelente solución;
haremos un plebiscito
para que gane el gordito
y el otro vaya al cajón.

(Al pueblo): Como hay una sola cruz
y un candidato de más,
diga el pueblo ante Caifás
si se embroma a Barrabás
o si se raspa a Jesús!

- ¡Que se salve el Nazareno
- grita el coro de vecinos -
él podrá no ser muy bueno,
pero no roba cochinos!

Barrabás: Salvadme, nobles vecinos,
(llorando) que si salváis mi cabeza
yo en cambio os doy la promesa
de devolver los cochinos!

Todos levantan las manos
cual parando un autobús:
- ¡Si él devuelve los marranos
completos, sanos y salvos,
entonces, muera Jesús! ó

Cristo: - ¡Qué ejemplo tan oportuno
de lo que yo siempre noto:
para lo que sirve el voto,
pa’ que lo embromen a uno!

Más Cristo, que por lo visto
no es el de años anteriores,
al mirar que sus captores
tienen el mecate listo,
pegando un salto imprevisto
los increpa ya molesto:

- ¡Vayan buscando otro Cristo,
porque yo no sigo en esto!
Y a los que me quieren tanto
por mi carácter sumiso,
que se busquen otro santo.
¡Yo no soy manso un carrizo!

Oyendo palabras tales
Judas de pena se ahoga
y entonces coge los reales
para comprarse una soga.

Mas tiene tan mala suerte
que al colgarse de una rama,
en vez de encontrar la muerte
encuentra un golpe tan fuerte
que pasa un año en la cama.

Autor: Y aquí termina la broma
en donde como hemos visto,
se demuestra que hasta Cristo
vino este año por la goma.



Aquiles Nazoa

4 de enero de 2007

Amor, cuando yo muera ...

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda,
ni llores sacudiéndote como quien estornuda,
ni sufras “pataletas” que al vecino alarmen
ni para prevenirlas compres gotas del Carmen.

No te sientes al lado de mi cajón mortuorio
usando a tus cuñadas como reclinatorio;
y cuando alguien, amada, se acerque a darte el pésame,
no te le abras de brazos en actitud de ¡Bésame!

Hazte, amada, la sorda cuando algún güelefrito
dictamine, observándote, que he quedado igualito.
Y hazte la que no oye ni comprende ni mira
cuando alguno comente que parece mentira.

Amor, cuando yo muera no te vistas de viuda:
Yo quiero ser un muerto como los de Neruda;
y, por tanto, amada, no te enlutes ni llores:
¡Eso es para los muertos estilo Julio Flórez!

No se te ocurra, amada, formar la gran “llorona”
cada vez que te anuncien que llegó una corona;
pero tampoco vayas a salir de indiscreta
a curiosear el nombre que tiene la tarjeta.

No me grites, amada, que te lleve conmigo
y que sin mi te quedas como en “Tomo y Obligo”,
ni vayas a ponerte, con la voz desgarrada,
a divulgar detalles de mi vida privada.

Amor, cuando yo muera no hagas lo que hacen todas;
no copies sus estilos, no repitas sus modas:
Que aunque en nieblas de olvido quede mi nombre extinto,
¡Sepa al menos el mundo que fui un muerto distinto!


Aquiles Nazoa .-

3 de enero de 2007

Humor y Amor

Quisiera compartir algunos extractos de uno de los mejores libros de la cultura venezolana: "Humor y Amor" de Aquiles Nazoa.

Comienzo con:

ALGUNAS COSAS VENEZOLANAS QUE POR ANTICUADAS PASARON A SER PAVOSAS

Los bailes de escote con sifón de cerveza y un policía en la puerta.
Los perros que se llamaban Firpo.
Las señoras que nombraban a su esposo por el apellido.
Comprar un centavo de harina de azúcar.
Tener una perrita pequinesa llamada Nena y echarle agua de colonia.
Decirles “chinchas” a las chinches.
Llamar “música de viento” a las orquestas de baile.
Jugar la sortija vaya y venga y podré podrá usted.
Decirles coronel a los jefes civiles y tratar de doctor a los boticarios.
Llegar uno a su casa contando que vio un entierro.
Llorar leyendo.
Bañarse dentro del cuarto.
Monear poste.
Traer agua de mar en garrafones desde La Guaira para que un enfermo se diera baños de mar en la casa.
Decir qué va mi Zulia, comoónie y fulano es muy pretencioso.
Bautizar un muñeco.



Aquiles Nazoa (1920 - 1976), Humor y Amor (1970)