10 de mayo de 2009

Mortales van, mortales vienen

La amistad está sobrevaluada, no por la amistad en si, si no porque la gran mayoría de los mortales no tienen idea de cómo valorarla. Sobran los ejemplos de amigos "eternos" que se olvidan al pasar los años, la distancia hace mella y en ese instante se vuelven arena las palabras de Richard Bach sobre el tiempo y la distancia. Sólo aquellos valientes que logran encontrar la manera de sobreponerse a estas dimensiones consiguen conservar algunos atisbos de amistad.
Como de un tiempo para acá casi no tengo tiempo ni ánimos para escribir, resulta que escribo cuando tengo algún sentimiento tan intenso que no puedo expresarlo de cualquier otro modo, así mientras salen las letras se ordenan las ideas y libero lo que me molesta o me incomoda o simplemente me embarga.
Y resulta que mis amistades actuales son un asco. Tan simple como eso, no sé de qué otra forma lo puedo decir, tampoco creo que quiera encontrar otra forma... Quizás sea por el hecho de que son amistades y no amigos, rayando más en compañeros que otra cosa, meros conocidos con quienes termino compartiendo entre 8 a 10 horas de lunes a viernes, incluidos algunos sábados y/o domingos. Luego de un tiempo, cuando pienso que aunque sean mortales merecen una oportunidad, les cedo un voto de confianza solamente para darme cuenta que quizás nunca se enteraron y Plaf! ... ponen la torta conmigo. Lo malo no es que se equivoquen, lo grave es que después de eso, mi forma de verlos se enfila cada vez más hacia la decepción, hacia el verlos como simples humanos más del montón, ese montón que no tiene gracia alguna para que puedan interesarme, es montón que no valoran más que sus propios intereses (como al fin y al cabo, hacen todos los humanos) sin que les importe lo que se ha invertido en ellos, en términos de tiempo, esfuerzo, cariño, empeño, preocupación.

Quizás venga algún "astuto" a decirme que esas cosas se dan sin esperar nada a cambio, y le respondo de una vez que nada más lejos de la verdad: el amor debe ser retribuido con amor, así como la sinceridad con sinceridad y la honestidad con honestidad. La única manera de mantener vivo un embrión es darle abrigo y alimento, es una ley natural y todo en este planeta están sujetos a ella.

Hace mucho tiempo que no lograban despertarme, pero después de una decepción tras otra, finalmente no me queda opción que enviar a K.~ a dormir y tomar el control de sus acciones... Más temprano que tarde veré cómo se quejan de los cambios de actitud, los reclamos por afecto, las miradas acusándome de egoísta, cuando ellos mismos han sido egoístas, hipócritas y poco honestos. Señores, la verdad es hermosa, no es dulce... no es sencilla, pero es la verdad y deberían aprender a usarla más como bandera que entrar en posiciones personales que rayan en lo político. Eso es lo que yo opino, y sé que la mayoría no lo comparte, pero la verdad es que a estas alturas me importa lo que piensen bastante menos que cuando los conocí.

He vivido varias vidas y me lleno de orgullo al decir que a lo largo de ellas he conseguido bellas amistades y uno que otro amigo verdadero, de esos que los cursis llaman "hermanos de alma", pero es un total fastidio tener que conocer a tanto caballo para encontrar una cebra...

Estoy dolida, eso está claro, y me molesta saber que les veré la cara mañana y no entenderán el motivo de mis reacciones por mucho que intente explicarlo. Pero debo agradecer a estos momentos el recordarme mis orígenes, el recordarme que la mayoría de los humanos son plebe y que no merecen la atención ni la energía que se usa en ellos.

En este punto, no estoy muy segura de lo que he escrito hasta ahora, leerlo sería como volver a escribir todo esto y no tengo ganas de hacerlo. Intento evitar que cualquiera de mis alter ego despierten y me estropeen lo que queda de año, pero aunque alguno que otro se salva, estos chicos no ayudan.

Ansío viajar y estar con los de verdad, con esos que están aunque no sea presentes, con esos que de momento sólo puedo leer. Extraños a mis aliens, tanto como sé que me extrañan ellos a mi...