5 de septiembre de 2006

Existimos personas a quienes nos gusta armar rompecabezas, en mi caso, pueden ser versiones "online" o las más entretenidas... los reales.

Como cosa extraña hoy no podía dormir pese a la ración doble, así que decidí abrir mi última adquisición: un hermoso paisaje de un puerto con un faro, pintado en acuarela (Versión sencilla 500 Piezas).

En estos casos comienzo a funcionar en paralelo, es decir, mientras organizo las piezas voy pensando simultáneamente en cualquier cosa que se me pueda ocurrir en ese lapso de tiempo.

Curiosamente hoy me dió por comparar los rompecabezas, con la vida propia y el como la vivimos.

Aquellos que arman rompecocos (como yo) tienen manías propias; con esto me refiero a que, por ejemplo al comenzar, hay quienes organizan las piezas por colores, otros buscan las esquinas, otros más las piezas del borde.. y así, infinidad de maneras de comenzar a armarlos.. en mi caso, reviso las piezas una por una, separando las piezas de los bordes, las cuales agrupo simultáneamente según el color.

Se preguntarán a qué viene todo esto (o quizás ya se ladillaron de leerme y decidieron cambiar de página xD) pero me puse a pensar... en la razón de mi manera de armar el rompecocos... y el simil que puede hacerse con la propia vida.

En mi caso los bordes no limitan el rompecocos, mas le dan forma y lo definen, sugiriendo la silueta previa de la figura final. Si consideramos que la meta es armar el rompecocos, puedo compararlo con las metas que nos trazamos en la vida, a corto, mediano y largo plazo; como entenderán, prefiero primero darle forma y sustancia a mis metas, para tener más claro en qué dirección orientar los esfuerzos.

Listo, completado el marco del rompecoco... Next Step: organización. Con un poco de agudeza visual puedes reconocer piezas claves si previamente has analizado la figura, esas las aparto, porque me indican claramente una posición específica en el cuadro; seguidamente retomo lass piezas restantes, las mezclo, comenzando ahora a seleccionarla por colores, tonalidades, matices, rassgos característicos como ramas u crestas de olas, flores o ventanas... lo demás del proceso lo conocen. Finalizado el rompecocos, normalmente lo desarmo para armarlo de nuevo el cualquier momento xD.

Ahora bien, muchas personas no tienen la más mínima idea del paisaje que se oculta tras el conjunto de piezas sueltas, sólo son capaces de ver trozos de color o formas incoloras, con suerte combinan ambad y visulmbran al menos una pieza del total, mas sin embargo siguen perdidos, vagando entre piezas sin sentido, color ni sazón.

Hay quienes creen haber perdido alguna pieza, bien sea porque realmente se extravió, porque está revuelta con el resto o más simple que eso, está colocada en el sitio equivocado. Esto hace que el paisaje se torne engorroso, el placer de armarlo en tortura y no son pocos quienes desisten al 1er o 2do intento con la salida más fácil "incompleto, no puede ser armado, lo dejo hasta aquí"

Lo que yo pienso? No todos podrán ser armados con igual facilidad, aí como no todas las metas requieren el mismo esfuerzo, pero.. no los abandonen, esa, ser armados, es su razón de ser. Si al final falta una pieza (porque suelen ser los tornillos los que sobran xD) deberían sentirse más orgullosos aún de haberlo terminado.

Y asi, meta trass meta, un reto luego del otro, caminando, corriendo y al tener alas volar, algún día, sentados pensando en restrospectiva diremos que nuestro rompecocos personal es un paisaje hermoso, y lo más valioso del mismo, es que ha sido armado con nuestras propias manos

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