10 de marzo de 2006

De ellos, para nosotros

Para quienes me conocen poco y quienes no me conocen quizás les sorprenda que me encanta la música q compone y canta Silvio Rodríguez, cantautor y poeta ( por que no se puede ser compositor sin tener poesía en el alma) cubano, cuya tendencia política pues, digamos, no viene al caso. Esto viene a que buscaba la letra de una de sus canciones y pasé a visitar una de las páginas en las q siempre las consigo:
http://www.patriagrande.net/cuba/silvio.rodriguez/
discografia/oh.melancolia.html
.
Leyendo un poco más allá de la canción me doy cuenta de todo el trabajo que se toman muchas personas por ponernos esta información en la red, así de modo gratuito, tan sólo para compratir con nosotros esas cosas que tenemos en común y a las que no siempre tenemos acceso. Trabajo árduo el de mantener un sitio gratuito, cuando tienes q pagar el dominio, diseñar la página, recolectar la información, mantenerla al día.. los q hagan websites saben bien cuanto trabajo significa.. Este post es para darles las gracias a todos ustedes, que comparten el mundo con nosotros sin esperar a cambio nada mas que la satisfacción de hacerlo.
Esta es la canción que busqué ( fíjense en la dedicatoria y lean de nuevo la canción, verán como le cambia el sentido y descubren la poesía de la que les hablo)

En el jardín de la noche

En el jardín de la noche
hay una rosa, luminosa,
que me mira fijamente a los ojos,
parpadea y me quiere decir cosas,
tantas cosas que no sé, que no sé.
Y es cuando alargo los brazos
para llevarle mis manos tan abiertas
que casi me siento llegar con el pie.

Pero yo,
quiero ser de noche el dueño
de los ojos, de la altura,
y he de fundir la montura
para galopar mi sueño.

Volaré,
tengo que domar el fuego
para cabalgar seguro
en la bestia de futuro
que me lleve a donde quiero.

En el jardín de la noche
hay una rosa, luminosa,
que me mira fijamente a los ojos,
parpadea y me quiere decir cosas,
tantas cosas que no sé, que no sé.
Y es cuando alargo los brazos
para llevarle mis manos tan abiertas
que casi me siento llegar...

Volaré,
volaré al jardín del cielo,
en un pájaro violento,
en un corredor del viento,
en un caballo de fuego.

Volaré,
quiero ser de noche el dueño
de los ojos de la altura
y he de fundir la montura
para galopar mi sueño.

Esta canción está dedicada a Arnaldo Tamayo Méndez, el primer latinoamericano y el primer hombre negro que viajó al espacio. El teniente coronel Tamayo, un guantanamero de 38 años, fue elegido para participar en el vuelo de la Soyuz 38 dentro del Programa Intercosmos de la extinta Unión Soviética. El vuelo tuvo lugar entre el 18 y el 26 de septiembre de 1980. (Gracias, Joel, por sacarme del error. Yo juraba que era Yuri Gagarin a quién Silvio le había compuesto esta belleza.) (Nota de H.V. autor del sitio)

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