Sus ojos negros, profundos como la más oscura noche, parecían brillar con el fuego del alma perdida, contrastando la nacarada y pálida tez de su piel.
Oculta tras su apariencia sobria, una gabardina tan negra y larga como su cabellera.
Prefería ostentar de su cultura, de la sabiduría adquirida con el transcurso del tiempo, devoraba con ansias los libros de historias, leyéndolos cual cuentos infantiles y reía cada vez que recordaba cómo habían sucedido realmente las cosas y cómo las deformaba, a su favor, quien escribía el relato de turno.
Memoria implacable, sin embargo, por alguna extraña razón, se mezclaban sus pensamientos al recordar la vez en que, vagando entre la vegetación, intentó ayudar a esa extraña y atractiva mujer, de cabello rojo como el fuego, que expresaba con su mirada todo lo que su mutilada lengua no le permitía. Faltaban piezas a este rompecabezas, quizás por ello se deleitaba armando miles y miles de estos juegos, buscándole sentido al propio, al momento de su muerte y nacimiento, recordaba el abrazo, la sensación de angustia y agonia, la sed.. la aniquilante necesidad por seguir bebiendo la sed que manba del brazo de esa mujer.
Noche tas noche, vaga su mente por aquella época, el momento en que ella se fue, perdida entre la venganza y la mirada fija hacia el horizonte, cada vez que levantaba el sol y debia cesar su infinita búsqueda. Nunca supo Philippe que buscaba aquella mujer, solo recuerda los zafiros con los que le miraba y el fuego de su cabello.
Mantuvo ese fuego cada día del resto de su existencia, en homenaje a quien le hizo ver el mundo de esta nueva manera, despertándolo a la placentera oscuridad, al conocimiento de la vana mortalidad de esos pobres ignorantes que se jactan de estar vivos, sin saber que hacer con esa vida.
Se deleita cada noche, con los placeres, mundanos, espirituales. Mezcla de sabio, filósofo y vago, andando de poblado en poblado, saciando su infinita sed de sangre, divina sangre que calma su garganta y apacigua sus sentidos.
Es él quien me ha mostrado la belleza oculta en la oscuridad, quien me dice cariñosamente "Darkness" en lugar del nombre que me dieron mis padres, nombre que he decidido llevar conmigo mientras tenga a Phillipe, durmiendo, cerca de mí, cada día y compartiendo conmigo cada noche... hasta que mis días sean oscuros, transcurriendo entre caminos bajo la luna y las sombras proyectadas por las luces de la civilización, y mis noches comiencen al salir el sol, durmiendo plácidamente junto a él.
Ahora mismo, ha de estar rondándome. Lo sé porque se inserta en mi mente y sólo puedo pensar en él, estoy a oscuras y me siento calma y sin temores, su compañía me basta para alejar cualquier sombra. Me dio a conocer el exquisito sabor de la sangre fresca, tentación que surge en mí, sólo cuando está cerca, como ahora.
No logro dejar de pensar en esa copa, desbordante de rojo elixir.
Filippo, nacido de vientre romano, creció entre centuriones y pensadores greco-egipcios habitando las costas del Mediterráneo, el olor del mar le trae cierta nostalgia junto con la alegría de saber que, de no ser por salir de allí, jamás hubiese sido el nocturno y delicioso ser que es.
Al establecerse en Versalles, decidió cambiar su nombre a Phillippe, dice que va más con su estilo, de vestir lóbrego, sencillo, elegante, propio de un Europeo.
Se enoja si le digo Phill, pero lo hago sólo por ver como sus ojos brillan más de lo normal y luego poder contentarlo, con caricias y algo de mi propia sangre, hasta robarle una esquiva sonrisa. como si se tratase de un pequeño juego entre amantes. Eso ciertamente compartimos, el amor por la noche, por las maravillas que habitan y se despiertan en ella.
Me quedo embelesada con su mirada, profunda, intensa, hasta que una palabra me saca de mi trance y me invita a pasear entre tumbas, contándome la historia de las almas que alguna vez habitaron los ahora huesos y polvo, depositados 3 metros bajo tierra.
Divagamos a menudo, acerca del culto a la muerte que tienen la mayoría de los pueblos "modernos", y su falta total de sentido, al ser la muerte sólo el paso necesario para resurgir a la nueva vida, un escalón más que es preciso subir si se desea seguir andando.
Phillippe no se decide a abrazarme pues dice que aún no estoy preparada, que debo instruirme y estar lista realmente para el momento en que decida, por fin, llevarme por completo a su mundo. Creo que aún está analizando qué podría pasar con Kali la noche en que esto suceda.
Ha comprobado lo difícil que es controlarme bajo su influencia, quizás piensa que pueda llevarme a un estado más allá de cualquier razonamiento o simplemente no volver, decidiendo seguir lo que me dicta la "insanidad" de mis arrebatos de ira y deseo de acabar con el planeta entero, si es necesario, para que el mundo resurga como debe... Algunos hombres no merecen siquiera la oportunidad de vivir, dado que la desperdician de la manera más despreciable.
Ahí está, se asoma Kali... siento como Phillippe se aleja y Darkness con él. Percibo cada vez con mayor facilidad el cambio de actitud, entre Darkness y Kali, la serena oscuridad, apacible, y la implacable ira contra lo que no debe ser, según como Kali ve el mundo. Ella y Darkness tienen sus discrepancias, pero a la final suelen llegar a un punto intermedio, a un consenso de opiniones.
Quisiera que Phillippe entendiera que Kali es tan parte de mí, como Darkness, como Ithil. Espero que llegue pronto el día en que ciertamente pueda controlarlas a ambas, tanto como Ithil, en una sutil máscara que oculta mi verdadero rostro ante el mundo, pero no para él.
Phillipe se ha ido, Darkness con él, yo no soy de muchas palabras, prefiero las acciones, no soy de despedidas, las cosas deben hacerse de manera sutil o no, pero rápida y efectiva. Aquí termina este escrito.
De Darkness y Phillipe, que escriba ella, si es que se decide a salir del placentero sentimiento y calma que siente a su lado. Yo, necesito acción, movimiento, que la energía fluya, que el caos circule, colocando cada partícula de este universo, donde debe ir y en la corriente en que fluyen.
4:08 AM// 17/09/2006
23 de febrero de 2010
Filippo, Felipe, Phillippe, Phill...
9:11 a.m.
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