La roca cedió. Sintió como su cuerpo era atraído por el vacío en cámara lenta, mientras veía saltar los clavos que la sujetaban. Cerró los ojos y contuvo la respiración mientras alargaba la mano hacia el apoyo de granito que estaba a su derecha.
Esta vez el muro era casi vertical, y al mirar hacia arriba no se veía el final, solo la roca, más y más arriba, más y más roca, sin embargo ya estaba a medio camino y había un sólo sentido en el cual continuar. Había decidido el mes anterior que este sería su viaje de cada...