
Hace mucho solía sacar a pasear a mis demonios. Eran, de alguna manera bizarra, las musas en las que me inspiraba para escribir los cuentos que acá aparecen publicados.
Supongo que "Lo que no se usa, se atrofia", como reza aquella frase atribuida a la Biología, y de la misma manera en que hoy me disgusta asomarme a la cueva en donde los tengo encadenados, me cuesta sentarme a escribir algún relato y la verdad es que extraño...