1 de abril de 2008

Sos cruel, muy cruel, con la Luna. Eso de rondar por sus lares tan sólo para recordarle lo que alguna vez tuvo, aquello que ahora no tiene ni tendrá; para hacerle sentir en carne propia que aún cede a las provocaciones de vos, que aún lográis velar sus sentidos, sin nada más que traerle que no sea angustia, ansiedad, penas y sufrimientos, tras un muy breve instante de plenitud, un bocado de aire, aparentemente fresco, pero en realidad, es un aire viciado, envenenado de vuestro aliento, lleno de vuestro anhelado ser, sintiendo por un segundo...